“Para siempre” concluyó ella.
Deseando
dejar de sufrir, rodeada de un hermoso jardín con flores, flores azules bañadas
por la luz de la luna menguada, en esa noche de noviembre.
Augh-dijo-
Se recostó sobre el suelo húmedo, mirando hacia el cielo nublado por la fría
neblina.
Su
sufrimiento era intenso, ella estaba tan indefensa mas ella se sentía lo
suficientemente fuerte para enfrentar sus propios problemas.- “¡eres tan
frágil! ¡Ni tu piel parece poder proteger tu interior!”-recordó la frase que
los labios de su hermano habían pronunciado varias veces, tratando de hacer que
ella no se metiera en mas líos.
Tirada en el
suelo, recordaba esos momentos tan felices de su niñez, la gélida brisa le
perlaba la piel.
Parecía
querer sucumbirse, desaparecer, dejar de existir, se arrepentía cada vez que
recordaba el momento en el cual pudo expresarle sus sentimientos mas no lo
hizo, le dolía no haberlo hecho pero ya había pasado, ya era demasiado tarde.
Ella ya casi
se quedaba dormida cuando escuchó un ruido que la atemorizó, se levanto
tambaleándose. Luego de ver lo que estaba enfrente suya sintió una extraña
paranoia no sabia que hacer tenía tantas opciones llorar, correr, enojarse…eran
tantas sus opciones mas solo pudo quedarse quieta –hola- susurró el, -hmm hola-
prosiguió ella.
El tiempo no
parecía pasar era tan incomodo tal vez para el no, pero para ella si
-¿qué
pasa?- dijo el, ella no contesto
quedándose petrificada al sentir los suaves labios de el sobre los suyos, se
quedó inmovilizada, pero ¿por qué? Eso era lo que ella mas deseaba en el mundo,
tal vez era el hecho de que el ya tenia dueña, -“esa mujer”- pensó ella. El
corazón de el ya estaba apartado para solo una mujer, y definitivamente no era ella
era sumamente doloroso tener que recordar, a la hermosa mujer que lo tenia en
brazos a el, pero era la realidad. Se sentía sucia, por amar a alguien que esta
ya en un compromiso con esa mujer, y se sentía más sucia besándolo y recordar a
esa mujer.
El seguía
besándola, pareciendo no querer dejarla respirar ni un segundo, una lágrima le
recorrió la mejilla haciéndola querer sucumbirse aun más, le dolía tanto ese momento, no lo podía
disfrutar simplemente porque tal vez solo tal vez sus sentimientos no eran
correspondidos, y claro porque el ya estaba con otra.
Las fuerzas
de ella no parecían ser suficientes para apartarlo de ella, no podía hacerlo y
no lo logró, tuvo que ser el, el que se apartara de ella, los dos estaban
agitados, secándole la mejilla le dio un beso en la frente a ella y por un buen
rato fijo sus ojos solo en ella.
-no puedo-
dijo ella en un tono poco común en ella –adiós-
dijo, y se fue corriendo a lo que llamaba “Belle Maison” cuando alcanzó a sentir algo rodeándole la
muñeca era el otra vez, -al menos déjame saber como estas- dijo, -estoy bien-
dijo ella con un tono irritado –no
parece que estés muy feliz, bueno para mi cuando uno llora y se va corriendo
queriendo dejar cosas olvidadas atrás no
es felicidad- dijo el en un tono burlón –estoy
bien- dijo ella dirigiéndole la mirada mas ferviente que podría hacerle a
el,-entonces ¿me vas a dejar aquí? ¿Solo así? – dijo el –supongo que si – dijo
ella algo frívola queriendo que el la soltara de una vez, -hmm bien, pasa- dijo
ella.
-Haz crecido
mucho- le dijo en un tono contento a ella –si eso creo- dijo ella probando un
sorbo de te que había preparado minutos antes (Bigelow Apple Tea).
-Mmm que
hermoso piano el que tienes aquí-dijo el sentándose enfrente de este para tocar
mas de algo, ella sonrió despreocupada, cuando alcanzó a escuchar las notas de
su canción preferida –Clair de lune- susurró ella para sus adentros, mientras
se deslizaba sobre el asiento junto a el,- J'adorecette chanson jejee- dijo
ella en tono burlón porque el no sabia francés –Ahhh esta bien-dijo el
confundido.
Los dedos de
ella se tornaban gélidos, a causa por su nerviosismo, al sentir que la mano de
el rozaba su espalda, lo sentía sumamente placentero, pero sabia que no esta
bien, aun así no decía nada porque no quería que nada en el mundo detuviera lo
que ella podía sentir en el momento, ella quería sentirse única por lo menos en
eso segundos que transcurrían, tembló aun mas al sentir el suave rose de sus
labios sobre los suyos, pero ella estaba dispuesta a no pararlo esta vez,
quería sentirse amada por lo menos alguna vez en su vida. Era hermoso sentir lo
que ella sentía en ese momento, era algo como interdit passion et l'amour pour
se venger et chaotique algo único. Cada vez esto se tornaba mas intenso, luego
fue un ademan lento y vacilante, parecía ser el momento de su rendición ante
este acto tan deseable, la urgencia se había casi desvanecido.
Pero no,
este ademán seguía y seguía, era casi interminable, pararon durante unos
segundos tratando de ordenar sus sentimientos y pensamientos al mismo tiempo.
No se pudieron contener por mucho. Siguieron, cada vez se tornaba mas urgente
el deseo, ella se sentía poderosa y valiente, pero la sensación de que esto
estaba mal era casi insoportable y asquerosa.
El
movimiento de sus labios ya no era lento, vacilante o tierno, se volvió en algo
completamente distinto, era una sensación nueva entre el deseo y la
desesperación a un ritmo frenético.
Por alguna
extraña razón ella no podía negarse ante esta situación. Ella se retorcía en
sus brazos, se sentía atrapada entre dos muros pero eso no impedía el tener que
besarlo, no quería ella hacer algo imprudente entonces dejaba que el guiara el
fluye del de este juego tan excitante, luego de sus labios, el siguió besándole
la garganta; el parecía tan encendido como ella.
De pronto
ella esta apoyada sobre unas almohadas, sus brazos aferraban su cintura contra
el, esta sensación se volvía violenta ella podía sentir fuego por dentro, y
llegaba a quemarle en las áreas donde su piel se rozaba con la de el. El la
apretaba mas contra el,- ¿quien de los dos se resistirá a esto primero?- musitó
el agitado –no seré yo- susurró ella entrelazando sus dedos detrás de el cuello
de su acompañante, y dándole un beso. El la aparto un poco, de pronto sus
labios estaban junto a la oreja de ella –Cariño, no te obligo a nada, no quiero
ser el bastardo que le arrebate la virginidad a una… niña contra la voluntad de
esta- el musitó con voz cálida y aterciopelada, hubo un momento neutro en el
cual los labios de el recorrían despacio la mejilla y mandíbula de ella.
Pero hubo
una palabra, una que parecía haber causado un perturbador estremecer en el
interior de ella, “niña”. A ella le molestaba que esa fuera la palabra mas
destacada en esa justificación. Fue ahí cuando un flashback la estremeció
internamente aun más- “aun eres una niña para mí, no pretendo nada más contigo”
– ella recordó esa frasecita que una vez los labios de el pronunciaron años
atrás.
-esta bien,
lo que quieras- dijo ella tratando de no destacar la frustración en el timbre
de su voz. El le dio un beso en la palma de la mano a ella –no pareces muy
contenta- dijo el en tono zalamero –no importa, estoy bien- dijo ella. Atrapada
entre el colchón de la cama y el cuerpo del el, trataba de despejar un poco su
mente pero fracasó, -¿estas molesta?- le
pregunto el, -¡No!- gruñó ella,-claro que si – dijo riéndose en el oído de
ella, luego de darle un beso sobre el hueco de la garganta, ella resolló al
momento de que el se le quitó de encima –hmm…
al parecer yo soy menos reacio a darte a ti lo que quieres- sonrió con
gesto burlón –te conozco demasiado bien como para saber cuando estas molesta-
dijo el –¡No estoy molesta! ¿Contento?-gruñó ella. La sonrisa de el era
cegadora.- sumamente contento- ella soltó un bufido – ¿te quedarás a dormir
aquí? ¿O que?- preguntó ella -hmm ya es demasiado tarde; ¿me dejarías quedarme
aquí?-dijo el con un tono demasiado convincente como para no dejarlo ir.-bien,
quédate lo que quieras- dijo ella.
Ella se
dirigió al baño, y encendió la llave del agua para llenar la bañera. –Augh- se
quejo ella pensando en lo torpe que se había comportado en la habitación. Apagó
la llave, y se desnudó deslizándose dentro de la bañera, se recostó. Le dolía todo el cuerpo, pero ese dolor no le
importaba mucho. Pocas veces trataba de mantener su mente despejada, y mantener
sus pensamientos ajenos a lo que había sucedido hace unos minutos pero no lo
lograba por mucho tiempo, ella hundió la cabeza dentro del agua y el saco
sacudiéndose para reaccionar y no perderse en esos pensamientos que la
perturbaban.
Después de
mucho tiempo ella salió de la bañera, se enrollo una toalla alrededor del
cuerpo y se sentó en el frio suelo apoyando la espalda sobre la pared, y sin
quererlo se quedó dormida.
Unos golpes
huecos retumbaron en los oídos de ella, el resplandor del sol que entraba a
través de la ventana no le permitía abrir los ojos entonces se los frotó con la
mano y adormitada se levantó. Alarmada notó que eran las 11:00 de la mañana
tratando de ver mejor el mismo golpe hueco le retumbó en los oídos – ¿que
putas?- susurró ella. Abrió la puerta, y era el – ¿que paso? No saliste en toda
la noche, estaba preocupado- dijo el con un tono poco agradable para ella en
ese momento –estoy bien- susurró ella en tono amargo y frustrado -permiso- dijo
fría y molesta dirigiéndose a su habitación y cerrando la puerta violetamente.
Como pudo
ella se vistió, estaba algo fastidiada y molesta –carajo- dijo al ponerse un
sudadero negro que le quedaba demasiado grande, para su proporción de cuerpo,
no se peino y solo se puso el capuchón –Dios ¿por que no me matas? ¿Por que tuviste que traerlo a el? Esto es
una mierda- musitó para ella. Parecía como si no quisiera lucir atractiva ante
el hombre que mas amaba ella (aunque lo negara). Abrió la puerta para terminar
de amarrarse sus viejos converse negros en la sala. –Por cierto no hay nada en
la cocina para comer- dijo el viéndola fijamente –ya se. Ahorita iré al súper-
gruño ella - entonces te acompaño- dijo el,
entusiasmado de que por lo menos hubiera una mínima posibilidad de verla a ella
con una felicidad y amabilidad fingida, solo por cortesía ante los trabajadores
y demás gente en el súper.
Ella se
comportaba de manera frívola, parecía no querer hablar ni llevar una
conversación a cabo, y si el le preguntaba algo ella era rápida y directa al
contestar, y si ella decía algo era para decir frases como “puta madre” “al
carajo” y “que mierda” por el fastidio del trafico esa mañana. El esperaba que
ella no se comportara así de pedante y fastidiosa en el súper. –Deberíamos
encender el radio – dijo el con un tono demasiado empalagoso –bien pero yo
elijo que escuchar-dijo ella –si, si claro que si-dijo el contento.
A veces ella parecía preferir escuchar ritmos
violentos, que tonadas dulces y tranquilas. El se le quedaba viendo fijamente
pensando que ella no era la niña que había conocido hace años la que era
sentimentalmente dulce y sumamente amable que era imposible no quererla era
demasiado dulce y cariñosa ¿en que se había convertido esa niña?, ella no es la
niña que quería mucho, ahora ella se ha vuelto fría, desolada e hiriente, aun
así el no la dejaría de querer. Tal vez muchos golpes en su vida la han vuelto
así y ahora ya no quiere que nadie la hiera, por eso ella es fría con los demás
para que la crean lo suficientemente fuerte para poder defenderse ella sola de
cualquier cosa que le hicieran.
-ya –dijo
ella –que bien – dijo el emocionado –no entiendo tu emoción, pero con tal de
que no me jodas, esta bien- la sonrisa de el era masiva; era imposible creer
que alguien podía sonreír así, en un momento en el que tratan de desmoronarte
la felicidad.
Bajaron del
carro y caminaron hacia la entrada del súper, solo se tomaron unos minutos para
comprar lo que necesitaban, compraron comida y cosas como para que por lo menos
duraran una semana o quizás dos, y regresaron a casa.
Prepararon
comida para el tiempo que llamarían desayuno-almuerzo y comieron en la sala,
ella había puesto una película “The Lords of Dogtown”. Ella mantenía la vista fija en la pantalla no
la movía para nada ni aunque se le haya desparramado un poco de comida encima
quitaba la vista de la pantalla, sus gestos eran neutros, parecía no
emocionarse por las acciones de la película.
Terminaron
de comer justamente cuando la película termino, ella lavo los platos y limpio
la cocina sola, mientras el se le quedaba viendo cada uno de sus movimientos
muy fijamente.- tu mirada sobre mi se esta volviendo muy molesta y me da
escalofríos- dijo ella muy neutra y sin emoción alguna -solo me pareces
interesante, eso es todo- dijo el riéndose –pues es molesto- gruño ella.
Ella se fue
a sentar en el mismo lugar donde se había recostado la noche anterior. –Perdón
por tener que molestarte- le susurró el –no es molestia, algo de compañía creo
que esta bien- susurró ella dirigiéndole una mirada a el. Parecía ser que su
mal humor se había suavizado un poco. – ¿puedo sentarme aquí? - -si – dijo
ella. El tiempo parecía pasar demasiado rápido
cuando ellos hablaban del momento en el que se conocieron, y de las muchas
conversaciones sin terminar que tuvieron. Ella parecía abrirse poco a poco cada
vez mas ya estaba volviendo a ser la misma niña de antes o por lo menos así lo
era para el.
Ya era muy
tarde, ya había anochecido y hacia frio. Entraron a la casa, y cada uno se fue
a la habitación que les correspondía sin haberse despedido antes, a los dos les
entristeció que ninguno de los dos se hubiese despedido del otro como hubieran
querido. Los dos se encerraron en sus habitaciones.
El se acostó
sobre la cama, cayendo inconscientemente en el sueño, no logro dormirse, había
un olor, una esencia, algo molesto que no lo dejaba dormir. Era algo tan
pestilente lo que hizo tener que levantarse de la cama y percibir de donde
provenía esa esencia tan nociva y tan toxica. Venia de la habitación de ella,
el se alarmo y quiso saber de que era ese olor, temiendo de que no fuera lo que
el creía que era. Abrió la puerta y vio una imagen que jamás había imaginado o
querido ver de aquella niña.
Habían
cigarros y licor por todos lados causando una esencia tan toxica que causaba
mareo, el corrió hacia el baño donde ella se encontraba, y la vio tirada en el
suelo inclinada hacia el retrete vomitado o mas bien forzándose a vomitar. –
¿Pero que putas?- gritó el al verla de esa manera, la levanto del suelo, la
cargo hasta llevarla a la sala, temblorosa, pálida y gélida daba la impresión
de ya estar muerta, sino fuese porque esta temblando podrían creer que ya esta
muerta. – ¿Que es esto?- se pregunto a si mismo mientras abría uno de los
cigarros, ella ya no respondía parecía estar en transe o peor aun en coma.
Habían muchos cigarros de esos tirados por toda la habitación, y también
pequeños paquetes con un contenido que el nunca había visto.
-¿que es
esto?- le grito a ella alterado –pues que mas va a ser, es hierba buena-
respondió ella entre los dientes.- ¡se que es, no soy estúpido!- dijo el muy
irritado a causa de la situación que
enfrentaba –pues si lo sabes, esta bien,
bueno para mi esta bien ahora sabes en
lo que he estado estos últimos años-dijo ella queriendo burlarse de
el,-pero ¿por que?- pregunto el preocupado -¿Por qué? Mmm porque si, ¿quieres
mas razones?- dijo ella haciendo un mohín. El le tomo la mano a aquel frágil
humano que tenía enfrente, ella bostezo. Ambos sin decir nada se quedaron de
esa manera por mucho tiempo.
Esa noche
el, la llevó hacia su cama, y la recostó suavemente con mucha delicadeza, y el
se recostó junto a ella. Ella se había quedado inconscientemente dormida. El se
ocupo de cuidarla toda la noche, de vez en cuando la besaba y la acariciaba
cuidadosamente.
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